Qué es la falta de concentración y cómo mejorarla para niños
La concentración es una de las habilidades cognitivas más importantes. Si no te concentras, no rindes y todo se dificulta más. Solo piensa ¿Qué tan complicada es hacer una tarea cuando estás concentrado y cuando estás distraído?
En un mundo cada vez acelerado y exigente, la falta de concentración se ha vuelto un problema cada vez más común. Es por eso que aquí profundizaremos en el origen de los problemas de concentración y cómo entenderlos.

Parte 1. ¿Qué es la falta de concentración?
La falta de concentración no es una enfermedad en sí, sino un síntoma o manifestación de distintas situaciones o condiciones. Dicho síntoma se traduce como la incapacidad de mantener la atención centrada en una tarea, pensamiento o estímulo por un periodo suficiente para realizarla con éxito.
No todos tenemos el mismo nivel de atención, y es normal. Lo que no es normal es cuando esta distracción interfiere con tu aprendizaje, relaciones o bienestar en general. Cuando la dificultad para concentrarse se vuelve un obstáculo constante para tu progreso y tu día a día ¡Ahí si tenemos un problema!
Situaciones comunes: Ejemplo de la falta de concentración
Aquí te contamos algunos ejemplos que podrán darte claridad sobre este problema.
1Dificultad para filtrar distracciones
Una de las manifestaciones más frecuentes es la incapacidad de ignorar estímulos irrelevantes. Por ejemplo, los niños que no pueden enfocarse en la voz de su maestra porque escuchan el sonido de un lápiz cayendo o que se distraen con un ruido en la calle mientras hacen la tarea. Esto debido a que su cerebro no logra filtrar lo importante de lo secundario.
2Falta de atención sostenida
Algunas personas logran comenzar una actividad, pero la abandonan rápidamente o pierden el hilo. Por ejemplo, empiezan a leer un libro y al cabo de dos páginas ya están pensando en otra cosa. No es que no comprendan, sino que no consiguen mantener el foco el tiempo suficiente para procesar lo que leyeron.
3Dificultad para completar tareas
Otra señal común es la desorganización. La persona empieza una actividad, pero se le olvida terminarla. Cambia constantemente de una cosa a otra o necesita ayuda constante. Este patrón puede generar frustración en casa, en la escuela o el trabajo.
Parte 2. ¿Por qué se produce la falta de concentración?
La concentración depende del equilibrio entre múltiples factores: neurológicos, emocionales, ambientales y fisiológicos. Por eso, no hay una única causa de la falta de concentración. A continuación, abordaremos algunas de las faltas de concentración causas más generales.
Causa | Impacto en el cerebro |
|---|---|
Distracciones digitales | Sobrecarga la corteza prefrontal con multitarea, reduciendo la capacidad de atención sostenida. Disminuye la densidad de materia gris en áreas de control cognitivo. |
Mala alimentación | La deficiencia de nutrientes como hierro, omega-3, vitaminas del complejo B, afecta la producción de neurotransmisores relacionados con la atención como la dopamina. |
Inflamación del hipocampo | Esta estructura cerebral es clave en la memoria y la atención. Su inflamación por infecciones o estrés crónico puede reducir la capacidad de concentración. |
Falta de sueño | La privación de sueño interfiere en la consolidación de la memoria y en la actividad prefrontal. |
Estrés escolar | El exceso de tareas o ambientes escolares muy exigentes generan cortisol, una hormona que en exceso daña conexiones neuronales y afecta la atención. |
Condiciones médicas (TDAH, depresión, hipotiroidismo) | Alteran el equilibrio de dopamina/norepinefrina (TDAH), reducen el metabolismo cerebral (hipotiroidismo) o afectan la conectividad neuronal (depresión). |
Parte 3. Enfermedades asociadas a la falta de concentración en niños
La falta de concentración también puede ser un síntoma de ciertas condiciones médicas o trastornos del neurodesarrollo. Es fundamental contar con una evaluación profesional para identificar si el problema es solo transitorio o requiere atención médica
Algunas de las enfermedades comunes tras la falta de concentración en los estudiantes son:
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Es el trastorno más conocido cuando se habla de falta de concentración en niños. El TDAH puede presentar tres formas:
- Con predominio de falta de atención.
- Con predominio de hiperactividad/impulsividad.
- Combinado.
Los niños con TDAH suelen tener dificultad para enfocarse, seguir instrucciones, recordar tareas o quedarse quietos por mucho tiempo. Lo que afecta directamente su concentración.
Trastorno de ansiedad
Muchos niños que parecen distraídos en realidad están ansiosos. La ansiedad interfiere con la capacidad de concentrarse, ya que el cerebro se encuentra en modo "alerta", pendiente de amenazas (reales o imaginarias) en lugar de centrarse en lo que está haciendo. Así, la mente del niño puede divagar constantemente, lo que afecta su rendimiento.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
El TOC también puede provocar dificultades de atención. Los pensamientos intrusivos (obsesiones) y los comportamientos repetitivos (compulsiones) desvían el foco de atención. El niño puede estar tan ocupado intentando controlar sus pensamientos que pierde conexión con el entorno lo que genera falta de concentración.
Trastorno del procesamiento sensorial (TPS)
El TPS se presenta cuando el cerebro tiene dificultades para organizar y responder adecuadamente a la información sensorial. Un niño con TPS puede sentirse abrumado por sonidos, luces, texturas o movimientos, lo que afecta su capacidad de enfocarse en una tarea. Esto puede provocar problemas de concentración en clase.
Parte 4. Consejos para mejorar la concentración
La buena noticia es que la dificultad para concentrarse se puede tratar. Ya sea, de forma médica si es que su causa está en alguna enfermedad o padecimiento, o con entrenamiento si las falta de concentración causas son otras. Podrías, por ejemplo, aplicar estos consejos.
Establecer una rutina
Los niños se sienten más seguros y enfocados cuando hay rutina en su día. Levantarse, comer, jugar, estudiar y dormir a horarios definidos permite que el cerebro anticipa lo que viene y se prepare para ello. Esto reduce la ansiedad y mejora la concentración.
Alimentación saludable
Una dieta rica en nutrientes esenciales como ácidos grasos omega-3, proteínas, frutas, verduras, cereales integrales y agua suficiente favorece el cerebro. También es importante evitar el exceso de azúcar, comida ultraprocesada y aditivos artificiales.
Fomentar actividades físicas
El ejercicio físico regular mejora la oxigenación del cerebro, reduce el estrés y estimula la producción de neurotransmisores como la dopamina y serotonina. Juegos al aire libre, deportes o incluso caminatas pueden ser la solución al porqué no me puedo concentrar.
Espacios de estudio sin distracciones
Es importante que el niño tenga un lugar tranquilo, ordenado y libre de distracciones visuales o auditivas para estudiar o hacer tareas. Evitar la televisión encendida, los ruidos fuertes o los juguetes cerca durante los momentos de enfoque.
Controlar el uso de pantallas y celulares
El uso excesivo de dispositivos digitales, especialmente antes de dormir, afecta la producción de melatonina y alteran los ciclos de atención. Se recomienda establecer horarios sin pantallas con herramientas como AirDroid Parental Control para así evitar la utilización excesiva de pantallas, sobre todo, en momentos clave como al hacer la tarea o antes de dormir.
Buscar ayuda profesional
Si la dificultad para concentrarse continúa o afecta de manera notable las actividades cotidianas, es fundamental buscar la ayuda de un médico o psicólogo.
Conclusión
La falta de concentración en los estudiantes no debe tomarse a la ligera, pero tampoco debe generar alarma inmediata. En la mayoría de los casos, es una señal de que algo necesita ser ajustado: Una rutina más estructurada, una alimentación más rica, mejor descanso o menos sobrecarga emocional. En otros casos, puede ser la manifestación de un trastorno que requiere diagnóstico y acompañamiento profesional.
Deja una respuesta.